Sofía había creído que, después de todo lo vivido con Héctor, con lo mucho que se resistieron y lo dulce que fue dejarse llevar, todo estaba claro. Iban a empezar una vida juntos pero... la magia parecía haberse desvanecido.

Una Sofía resignada y un Héctor devastado deben enfrentarse a la normalidad de nuevo, sin aquello que habían encontrado en el otro y que los hacía brillar. Es hora de aceptar los errores, asumir las consecuencias y emprender un viaje quizá en busca de respuestas, quizá en busca del final de una historia que dio sentido a lo que algunos llaman destino, pero nadie de debería subestimar el poder de la magia.

Por fin he leído la segunda parte.  Y me ha gustado: a pesar de que tiene críticas no muy buenas, a mí me ha gustado. Creo que no ha llegado a todo el mundo, bien porque no lo han entendido, o puede que en realidad no les haya gustado.

Cuando Héctor abandona a Sofía está claro que es un acto de cobardía por parte de él. Eso todo el mundo lo tiene claro. Se aferró a lo conocido, que aunque no le llenara sabía lo que había. Con Sofía todo iba a ser nuevo. En fin, son cosas que todos en algún momento podemos hacer. Cuando decide regresar, también creemos que lo normal es que Sofía le de la espalda, pero cuando hay amor no es tan fácil anular los sentimientos. Además Sofía pone condiciones. 

En el medio de todo esto, seguimos con nuestro grupo de amigos: Abel, Mamen, y no olvidemos a Oliver. Es un personaje que me enamoró junto a Sofía. 

Oliver no cree en el amor y en esta segunda parte entendemos porqué. Su familia. Y hasta ahí, no cuento más. Pero encuentra su media naranja o más bien la mujer que le hará ver la vida de otra manera. Y ahí estará Sofía para hacerle ver lo que se está perdiendo. 

Otra sorpresa es que Oliver y Sofía se van a vivir juntos. jaja... eso es de los momentos más divertidos. 

Cuando todo parece ir bien con Héctor y Sofía empiezan a aparecer fantasmas, pero no del pasado, sino del futuro. Qué hacer, donde vivir.. seguir hacia adelante. En fin, algo normal también: Héctor se ha establecido en su pueblo de Cáceres y de momentos cada fin de semana se turnan para viajar y verse. Pero eso a la larga quema. Es así. Además acabas queriendo estar con la persona que amas, despertar con ella, abrazarla cuando la necesitas. Y entonces te das cuenta que eso es un parche. Entonces es cuando te das cuenta que una de las partes tiene que ceder y claudicar. Es decir alguno ha de abandonar aquello que conoce. Sofía no quiere abandonar el alejandría, y Héctor aborrece Madrid. Le agobia. 

De repente un suceso inesperado hace que la relación salte por los aires. Y en ese bypass, la pareja reflexiona lo que ha estado haciendo hasta ahora. Es entonces cuando se dan cuenta ambos que han sido egoistas. Han pensado solo en si mismos. Han tenido miedo, queriendo agarrarse a aquello que conocen: su barrio, sus amigos, su trabajo, y su familia. 

No os voy a contar más, pero os puedo decir que en un momento dado se dan cuenta que lo que importa son ellos, el nosotros como pareja. Y eso es lo único que importa. Si quieres construir algo con alguien es la única vía posible. 

A mí me ha gustado mucho. Sus reflexiones, sus pensamientos, sus miedos. El final es sorprendente, aunque sé que tampoco ha gustado. A mí me arrancó una sonrisa. Las lágrimas corrían por mi cara, y eso en algunos momentos es muy sano. 

Gracias Elisabet por escribir historias tan bonitas.