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jueves, 11 de mayo de 2017

Sabrina tiene un plan infalible para escapar de su pasado: graduarse, romper moldes en la facultad de Derecho y conseguir un trabajo bien pagado en una prestigiosa firma de abogados. Una noche de pasión (sorprendentemente tierna) es todo lo que puede darle a John Tucker, el rompecorazones que cree en el amor a primera vista.
Pero, a veces, una noche es suficiente para cambiar tu vida. Cuando Tucker descubre que Sabrina se ha quedado embarazada, sabe que es el momento de demostrar lo que vale. Si quiere una familia con la chica de sus sueños, tendrá que convencerla de que estará a su lado... hasta el final.

Por fin, he leído el último libro de la serie Kissme de Elle Kennedy. Y la verdad no me ha defraudado nada. Los cuatro libros me han parecido preciosos. Están todos al mismo nivel. Te enamoran, enganchan y te hacen suspirar y también sufrir. 


Aunque es el último, ya nos avisa de que habrá algún expinoff y la verdad que me alegro, porque quedan algunos personajes muy interesantes y me gustaría saber de ellos. 
En esta ocasión tenemos a Sabrina, y a Tucker. En el libro anterior recordáis que terminaba entrando Tucker en el salón y anunciando que iba a ser padre. Bien, pues aquí tenemos la historia desde el principio y es que casi se da a la vez que la de Di laurentis y Allie.
Sabrina es para todos una chica fría, egoísta y ambiciosa. Nadie se para a pensar porque parece así. Por que al final, ella es una chica como cualquier otra: Con sueños, ilusiones y lo que más desea es prosperar para irse de una casa de la que se averguenza. Vive con su abuela, que es quien la ha críado, su madre la abandonó; un padrastro que es repugnante; y un barrio bastante peligroso.
Tiene dos trabajos y estudia para sacar buenas notas y poder ir a Harvard. En medio de todo esto se encuentra con Tucker. Jugador de Hockey. A ella le gustan los deportistas para una sola cosa: Follar. Pero con los jugadores de Hockey no tiene muy buena relación. Todo viene a raíz de un problema con Di laurentis. En el momento que cruza su mirada con Tucker algo surge. 
A partir de aquí, se suceden varios encuentros muy divertidos. Ella no quiere una relación, pero le gusta estar con él. Sus amigas le animan a que le vea, incluso Beau, un ex que además es un buen amigo. 

Tucker es un sueño de hombre: es educado, cariñoso, complaciente y saber usar su maquinaria muy bien. Y no está dispuesto a que Sabrina se le escape.
Para complicar aún más las cosas, Sabrina se queda embarazada. Ella no quiere que Tucker cambie sus decisiones por ella, pero él está dispuesto a demostrarle que ella no es una más. 

No os voy a contar mucho más, pero me ha parecido una historia preciosa. El amor está siempre ahí, palpable, pero el no quiere decírselo aunque se lo demuestra continuamente, y ella no se atreve a decírselo por creer que es una más y que se cansará y se irá. 
Un bonito broche final para esta serie.

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