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martes, 28 de marzo de 2017

¿Quién puede sentirse atraída por el tipo más serio, responsable, trabajador, introvertido y menos conversador del mundo? Esa es la pregunta sin respuesta que se hace Astrid en cuanto conoce a Owen, al que espera no tener que volver a ver en mucho tiempo. Pero una serie de complicaciones la empujarán a coincidir con él en los lugares más insospechados.
Owen odia salirse de la rutina y planifica cada detalle de su vida. No es de los que se dejan impresionar por unas piernas largas y una bonita melena rubia; sin embargo, con un negocio que sacar adelante, una mujer inteligente y un hermano gamberro desbaratando cualquier idea, no siempre se puede cumplir el orden del día.

Tenía muchas ganas de leer el libro, pero a la vez quería guardarlo sin leer un tiempo porque sabía que en cuanto lo cogiera no me duraría ni un suspiro. Así ha sido. Me ha durado 5 horas escasas. Y me da mucha pena. Las historias de Noe casado las disfruto tanto que se acaban muy pronto. Y mira que el libro es grande.
Owen es en apariencia un hombre muy soso, responsable, introvertido y poco conversador. Es más de analizar y pensar lo que va a hacer. Le gusta trazar planes y no salirse de ellos. Todo lo contrario que su hermano gemelo, Patrick, que es todo improvisación.
Cuando se encuentra con Astrid tirado en la carretera, entre los dos surge algo. Se sienten atraídos. 

Lo que al principio parecía un rollo de una noche, se va convirtiendo en algo más. Poco a poco. Y  a la vez, Owen va emergiendo. Descubre cosas que antes no le sucedían. 
Astrid no ha tenido mucha suerte desde que un novio anterior, banquero, la dejó con una enorme deuda. Ahora subsiste con trabajos mal pagados, con un buen currículo. Owen toma cartas en el asunto.
Volveremos a encontrarnos a Patrick y a Helen. 
Es inevitable soltar un par de risas durante el libro, pues hay situaciones verdaderamente muy cómicas. 
Y como siempre, leer un libro de Noe casado es un verdadero placer.

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