En el mundo sombrío de Drake, sus enemigos se aprovecharán de cualquier debilidad que él manifieste para poder controlar su voluntad, por eso nunca se había permitido estar cerca de nadie y así no exhibir ningún tipo de vulnerabilidad. Hasta que apareció Evangeline, su ángel.
Totalmente destrozada, Evangeline no sabe qué es lo que hace que Drake le haga perder la cabeza. 
Lo único que sabe es que nunca volverá a ser la misma mujer que un día fue.

Después de como había terminado la primera parte esperaba bastante más de lo que me he encontrado en este libro. Algo falla. 

Me ha gustado, pero no es el típico libro de Maya banks, donde los personajes transmiten más. . Siempre recuerdo la trilogía Sin aliento, donde los personajes cometen errores, pero no tan gordos como los que comete Drake, y además sentía mariposas en el estómago. Aquí no ha sido así.

He leído una historia floja, con muchos flecos sin unir, personajes que no acaban de cuajar: las amigas, por ejemplo. Y un amor que parece que todo lo puedo. Pero no todo, porque me resulta una historia donde Evangeline llora la mayor parte del tiempo, hasta por un piropo. Y Drake estropeándolo todo cada dos por tres. 

En definitiva esperaba más.