De momento creo que solo he colgado un par de críticas de libros que no me han gustado, pero hay libros que pasan sin pena ni gloria. Y no voy a hacer ni siquiera una reseña es el caso de Corazones en la oscuridad y Amor a plena luz de Laura Kaye. No consiguieron engancharme. Tenían un argumento que esperaba que me gustase, pero ni si quiera me duraron dos horas y decidí abandonarlos.


Cuando una experta en Arte le asegura a Adam Mackenzie que el cuadro que tiene de su pintor preferido es una falsificación, este jura encontrar al responsable del timo y llevarle ante la Justicia.
Kate Williams acaba de recuperar su libertad. Se traslada a Londres con la esperanza de una nueva vida alejada de su país y de un pasado que la atormenta. 
El misterio que rodea a Kate atrae a Adam como un imán, sin embargo, no quiere que su deseo por ella le aleje del camino que se ha marcado. Con lo que no cuenta ninguno de los dos es con terminar enamorándose. Lo que complicará aún más el plan de Adam. 
Venganza, traición, amor y odio se entremezclan en esta apasionante historia en la que el pequeño de los Mackenzie se debatirá entre el bien y el mal.

He terminado el tercero de los hermanos Mackenzie. No me ha defraudado. Era complicado, porque en las trilogías es difícil mantener el nivel en los tres libros, pero lo ha conseguido. Aunque si tengo que quedarme con uno de los 3, creo que me quedaría con Joel, el primer hermano. 

De este último me ha gustado todo: Adam es magnetismo puro, sexualmente incansable. Kate es su perfecta alma gemela, pues sabe darle réplica a todo lo que él hace. 

Tal vez lo más pesado del libro es las vueltas que ella le daba a su secreto y luego enfadarse por que él le ocultó secretos. Cómo si ella no hubiera estado haciendo lo mismo. 

Salvando eso, las escenas eróticas son muy buenas, hay que pensar que a ellos les gusta compartir sexualmente sus encuentros. No son vulgares, ni están por estar. Hay diálogos muy divertidos.

En definitiva un buen broche final.