Rowdy Yates, propietario de un bar, no era la clase de hombre al que una mujer pudiera resistirse. Por eso, cuando se insinuó a la camarera Avery Mullins, lo hizo convencido de que podría llegar a conocerla a fondo. Pero aquella esquiva belleza tenía sus razones para guardar las distancias... Entre ellas, un pasado que podía volver para perseguirlos a los dos.

Avery pasaba las noches trabajando en la barra... e intentando olvidar el secreto que Rowdy estaba decidido a desenterrar. Pero, para cuando la historia amenazó con repetirse, ya había acabado por confiar en la presencia protectora de Rowdy. Y, cuando las chispas estallaron entre ellos, se vio obligada a elegir entre la seguridad que por fin había encontrado y la pasión que siempre había deseado.

No sé si hará más libros de esta serie, pues los tres personajes principales ya tienen sus libros, pero creo que la Jefa de Logan y Reese merece su libros junto a Dash. Y el nuevo ayudante de Rowdy también. 

Pero al margen de eso, me ha gustado como ha tratado la historia de Rowdy. Incluso me ha sorprendido el pasado de Avery. En el libro anterior daba por echo que era una camarera y punto. Pero como siempre ocurre nada es lo que parece. 

Rowdy arrastra un pasado muy oscuro, y una infancia difícil para un niño. Pero siempre ha sabido defender a los más débiles: primero a su hermana, ahora a Avery y a cualquier persona que lo necesite. 

Avery tampoco lo ha tenido fácil. Que denuncies un intento de violación y que ni tu propia familia te crea tiene que ser muy duro. Así que decide poner distancia entre ella y su mundo anterior. Aunque sea trabajando en un barrio poco recomendable y con un jefe sexy que se lleva de calle a todas las mujeres y que no crea en el amor. 

En esta ocasión volveremos a saber de Pepper, Logan, Reese y Alice.