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viernes, 17 de mayo de 2019

Jasper Blanchard aceptó de mala gana el encargo de pasear a un estudiante por los alrededores del rancho. Boquiabierto, vio cómo llegaba a la terminal del aeropuerto una rubia de largas piernas. Sam,
el joven empollón que esperaba, resultó ser Samantha. La prioridad de Samantha Larson era recabar datos para su investigación académica, pero lejos de casa no iba a desaprovechar la ocasión de disfrutar al límite de aquellas vacaciones. Sin embargo, las apariencias engañan. Ni Jasper es inmune al amor, ni Sam es tan ingenua como para arriesgar su futuro por el vaquero con la mirada más sexy de Texas.

Cuando años más tarde Sam vuelve al rancho Blanchard, Jasper no la recibe de buena gana. No sabe que Sam ha regresado con una herida en el alma que solo él puede curar, si es capaz de perdonarla por mantenerla en secreto.

Tenías ganas de ponerme con esta historia, y al final no ha sido todo lo que yo esperaba. Esperaba fuegos artificiales, y me he quedado más bien sin fuegos. 
El libro está bien, está bien documentado, lleva ritmo, pero no he conseguido sentir el amor que sienten los protagonistas. No así el de la otra historia paralela. Una historia del pasado. 
Comienza muy bien, pero se fue desinflando y me quedé fuera de la historia. 
Es verdad que últimamente leo mucho, y entonces cuesta encontrar historias que te llenen. Pero esta no lo ha conseguido. No por ello no recomiendo la novela. Para nada. Un mal día lo tiene cualquiera. Y estoy segura que en otro momento la historia me cautivaría. 

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