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martes, 14 de febrero de 2017

Hoy 14 de Febrero voy a hacer una reseña, pero no es un libro romántico. Es un Thriller que os recomiendo porque me gusta mucho Brian Freemann.
Esta semana parece que brilla el sol en Brujas. Incluso hace algo de calor, jaja... es una ironía. Aunque hay 9º y eso es mucha temperatura.
Adiós a los muertos de [Freeman, Brian]Freeman vuelve a demostrar que es el maestro del suspense psicológico con esta nueva entrega de su atormentado detective Jonathan Stride. Preparaos para un carrusel emocional con un final impactante.
El recuerdo de Cindy, su primer amor, nunca ha dejado de estar presente en el corazón del detective Jonathan Stride. Para Serena, su compañera actual, no ha sido fácil   competir con la sombra de aquel primer amor trágicamente terminado. Pero ahora el recuerdo se ha convertido en presente, cuando Serena es testigo de un brutal asesinato que, al investigar, hunde sus raíces en los sucesos del último año de vida de Cindy.

Tenía pendiente esta novela y de verdad que cuando termino un libro de este autor y más de esta serie, me da mucha pena tener que esperar hasta la siguiente historia. Y es que aunque las historias son distintas, los personajes principales son los mismos: Stride, Serena, Maggie, Guppo, etc... y en este caso Cindy que nos lleva acompañando desde el principio.
El inicio del libro es trepidante. Serena está buscando a Cat, la adolescente que han acogido en casa, y se encuentra en medio de un crimen. A partir de ahí, retrocedemos a cuando Cindy todavía estaba viva y su vida y la del detective Jonathan Stride se vió envuelta en un caso importante en Duluth. 
Después de varios capítulos retomamos donde quedó el inicio y es sorprendente como toda la vida está tejida por circunstancias y casualidades. Un caso del pasado, ayuda a resolver el presente y viceversa. 
Serena y Jonathan están en un punto importante de la relación. Y eso ha quedado para el siguiente libro. Aunque el autor ya da alguna pista. 
Es un escritor en el que todos sus personajes tienen peso. Hasta el que parece más insignificante. Pues los secundarios también tienen su historia. 
Sus novelas atrapan desde el principio y no decae la historia. Es algo que me gusta mucho de él. 

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