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martes, 30 de julio de 2019

Antonia Scott es especial. Muy especial.
No es policía ni criminalista. Nunca ha empuñado un arma ni llevado una placa, y, sin embargo, ha resuelto decenas de crímenes.
Pero hace un tiempo que Antonia no sale de su ático de Lavapiés. Las cosas que ha perdido le importan mucho más que las que esperan ahí fuera.
Tampoco recibe visitas. Por eso no le gusta nada, nada, cuando escucha unos pasos desconocidos subiendo las escaleras hasta el último piso.
Sea quien sea, Antonia está segura de que viene a buscarla.
Y eso le gusta aún menos.

Este es un libro que recomiendo con los ojos cerrados. Me duró muy poco, pero es que es buenísimo. Sobre todo el personaje de Antonia, además de una trama que hace que quieras seguir leyendo y no dejar el libro en ningún momento.
Espero con ganas la segunda parte. 

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