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martes, 8 de octubre de 2019

En las Navidades de 2009, con un país aplastado por la crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julián Tresser, teniente de la Policía Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce años que desapareció misteriosamente dos años atrás.

Desde entonces, Tresser ha buscado desesperadamente a esa niña que no es su hija pero que debería serlo. No imagina que la pequeña ha escapado del sórdido mundo de la prostitución en la que la habían confinado. El azar la lleva a esconderse en una casa en un pueblo perdido donde dos mujeres parecen ocultar un secreto inconfesable que podría arruinarles la vida. Luba debería pedirles ayuda, puesto llega herida hasta allí, pero los abusos que ha sufrido le impiden confiar en nadie. Esas circunstancias, caprichosas y crueles, no se lo van a poner fácil al teniente, pues, a la vez que busca a la niña, deberá elegir entre la responsabilidad que conlleva su oficio y la fuerza de los vínculos de sangre.

Tras el éxito de Morir no es lo que más duele, Inés Plana sumerge al lector en una trama vertiginosa por la que transitan personajes atormentados y complejos y en donde el teniente Tresser se someterá a un dilema moral que pondrá a prueba sus convicciones.

Después de leer la primera parte que me gustó mucho, no quería dejar mucho tiempo para leer la segunda entrega de las aventuras del Teniente de la guardia civil Tresser y la búsqueda de Luba. 
Me ha parecido una historia con un ritmo trepidante. Encadena varias historias que aunque algunas no tienen relación se entremezclan muy bien. Por un lado tenemos el caso de un accidente que provoca una muerte, una decapitación exactamente, con fuga. Un misterio en Galicia, y la búsqueda de Luba; la cual está atrapada en una red de trata de blancas. 
El libro me provocaba ansiedad al leerlo, tal era la crueldad por la que pasaba Luba en algunos momentos. Parecía que no iba a tener suerte nunca. 

Por lo demás, volveremos a encontrarnos con los personajes de la primera parte: Tresser, Coira, Adelaida, Luba, Aguila, y algunos más que se incorporan y que le dan importancia a la historia. 
Trata temas muy duros como es la prostitución de menores, juego ilegal, agentes corruptos, la situación en la que está inmersa el país en 2009; también es una crítica... 
Me ha gustado mucho y estoy deseando leer la siguiente parte. 
Una vez más el Teniente Tresser ha estado a la altura. Incluso ha intentado mejorar ese carácter que tiene tan duro y que puede que al principio caiga mal, pero aunque no se ha dulcificado, si que me gusta su forma de ser. 
También el personaje de Adelaida que aunque tiene su punto  independiente, en el fondo vamos viendo que hay más que lo que se ve en la superficie. 

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