Alejandro Cruz es el guitarrista del popular grupo de rock español Malditos Bastardos. Es un hombre misterioso, acostumbrado a conseguir cualquier cosa que se le antoje. Las drogas y el sexo han sido sus fieles compañeros durante años, hasta que sufre un accidente de coche y tiene que someterse a un tratamiento de rehabilitación. 

Alejandro acepta ingresar en una clínica sólo porque no quiere terminar en la cárcel. Sin embargo, las instalaciones son confortables y los profesionales muy agradables; todos excepto Miranda Porter, la nutricionista. A pesar de que ambos se detestan desde el primer momento, entre ellos va tejiéndose una intensa relación que acabará convirtiéndose en algo llamado amor…

Otra novela que no me hizo falta mucho más que leer el argumento para saber que quería leerla. La devoré en un día. El personaje de Alejandro Cruz me cautivó desde el principio. Hay mucho más detrás de esa apariencia chulesca. Y luego por supuesto está la historia de la doctora Miranda porter. 

Tiene unos diálogos muy divertidos entre ellos. Es una historia que se hace corta. Cuando te das cuenta estás por la mitad de ella y sin darte cuenta la estas terminando. 

Miranda pone en su sitio a Alejandro. Porque todo hay que decirlo, es un chulito que cree que son su cara todo lo consigue, menos con ella. 

No os cuento mucho más.