Macarena vive en Madrid y es asistente de una influencer de moda.

Macarena disfruta la vida a sorbos e intenta ser feliz.
Macarena tiene dos amigas: Adriana y Jimena.
Macarena guarda un secreto que deletrea a escondidas.
Ese secreto tiene tres letras: L-E-O.
Macarena no sabe que Leo está en Madrid.
Macarena teme, Macarena sueña, Macarena ama, Macarena vuela...

Y en este juego del destino intenta aceptar que lo que fuimos no puede ser lo que seremos...

¿O quizás sí?

Macarena ha conseguido poner su vida y su trabajo en orden.

Macarena cree que Candela es la ayudante que necesita.
Macarena empieza de nuevo.
Leo sigue presente... como amigo.
Y mientras Macarena vuela...
Jimena se obsesiona con el pasado de Samuel,
Adriana no puede seguir luchando contra ella misma.
Porque las canciones que fuimos se convierten en pasado.
Porque los recuerdos que seremos son el futuro.

Me ha encantado esa bilogía de Elisabet Benavent. En algunas cosas me ha recordado a la de Valeria y en otras a ella misma. 

Se lee muy rápido, te enganchan los personajes de principio a fin. Tenemos a Macarena, Jimena, y Andrea. Después a Leo, Raquel, Pipa, Samuel, Julián....etc..

Macarena es una chica de Valencia que un buen día se traslada a Madrid. Huye de su pasado, pero no sabe que el pasado siempre te encuentra. Y así ocurre cuando un día paseando por Madrid vuelve a encontrar a su ex: Leo. Está cenando con su amiga Raquel. Casualidad e infortunios de la vida. Su historia es casi una tragicomedia. Maca trabaja de asistente de Pipa (influencer), una jefa insufrible

Luego tenemos a Jimena. Una chica que perdió su amor de juventud en la adolescencia. Desde entonces mira a todos los chicos buscando una señal de Santi, el difunto. Y así conoce a Samuel. 

Andrea se cree un bicho raro, asexual, no le gusta el sexo tanto como a sus amigas, o al menos no disfruta de él. Todo cambia en el momento en que le regala un trío a su marido. Lo hacen con una chica, Julia, y aquí empiezan a cambiar muchas cosas.

A partir de aquí, les irán pasando cosas todos los días. Las risas están servidas. Las lágrimas tambíén. Pero el amor está presente y se siente, se palpa. Te hace sentir cosas, eso es lo que me gusta de las historias de Elisabet.

El la segunda parte y cuando crees que lo has visto todo, las cosas se complican, porque en la primera parte de la historia no se resolvió todo, aunque creamos que sí. Surgen dudas, dilemas, reencuentros...