Cande no sabe qué hacer. Está triste, perdida, rota. Se refugia en sus amigas y acepta empezar una relación con Marcos sólo para huir de Sergio.

Por su parte, Sergio trata de arreglarlo, pero hay cosas que, por mucho que luchemos, son muy difíciles de olvidar.

No pueden estar juntos, pero tampoco saben estar separados y las peleas se convierten en el único vínculo que los une. Sin embargo, en medio de esa vorágine, cuando se miran, sólo pueden recordar cuánto se quieren.

Cande, Sergio, Marcos, Estela. Ahora toca dar un paso adelante para descubrir si el amor es tan fuerte como creemos; si somos capaces de perdonar y de olvidar; saber cuánto valen los besos y los te quiero, y si podemos volver a pronunciar esas palabras cuando tenemos demasiado miedo.

El Madrid con sabor a cóctel, la música de los 80 y el amor nunca supieron mejor y nunca hicieron que una chica y un chico sintieran que una canción estaba escrita para ellos. 

Cande Martín ha vuelto a Madrid porque su hermano Rodri la necesita. Pero la ciudad sigue llena de los recuerdos que lleva tres meses tratando de olvidar y, sobre todo, sigue llena de él, de Sergio Herranz.

Sus manos, su olor, sus besos…, tan guapo e inaccesible que duele. Cande lo quería con locura y algunas heridas nunca llegan a cerrarse por mucho que nos empeñemos, por mucho que sepamos que alguien no nos conviene.

Conoce el pasado de Cande y descubre con ella su presente. Si valen más las segundas oportunidades o las nuevas personas que llegan, si el hombre canalla y complicado puede ser el amor de tu vida o si es verdad que las historias que leemos en los libros románticos pueden hacerse realidad.

Quería leer algo que ya tuviera un tiempo y cogía esta serie de Cristina Prada. Un acierto total. Y es que me ha desgarrado el corazón por dentro. Sobre todo en la primera parte. Y no importa que supieras más o menos por donde iban los tiros. Sufres, lloras, ríes, te enamoras, sientes y deseas. Todo eso es lo que trasmite Cristina en sus libros. Y para ello cuenta con unos protagonistas que en ocasiones te dan ganas de matarlos y en otras echarte en sus brazos.

Esta serie comienza por el final de una relación. Iremos viendo el pasado y el presente. Por que para entender el presente, tenemos que saber que pasó. Y de una manera muy simple nos cuenta una historia que no lo es tanto.

Sergio es un niño bien de Madrid, pero que no sabe demostrar sus sentimientos. Las mujeres son de usar y tirar, pero cuando conoce a Candela, la hermana pequeña de su mejor amigo, Rodri, todo cambia. Sergio, según Candela, se parece a Alain Delon en Gatopardo. Recuerdo esa película. Me encantaba ese actor francés. Enamoraba con sus ojos azules, y algo así hace Sergio. En palabras de las amigas de Candela, Martina y Sira, "Se te caerán las bragas"

Lo que hace que vivan una relación casi en la clandestinidad es que sergio le saca 9 años a Cande, ella tiene 22 recién cumplidos. Además trabajan en la misma empresa, él es su jefe. Y encima la hermana pequeña de su mejor amigo y casi hermano, Rodri. 

Todo con ello con un cóctel de sentimientos. Sergio no cree en el amor y Candela si. Candela cree en el felices para siempre, en el momento y siempre ve la parte buena de las personas. Sergio es un tanto macarra, pero sabe que tiene corazón. Aunque os aseguro que al principio cuesta verlo. Es un cabronazo de los buenos y será por eso que me nos gusta tanto. 

Al final de la primera parte todo parece ir bien, hasta que de repente estalla una bomba. Sergio está comprometido y va a casarse. Y todo esto ha ocurrido, mientras Candela ha huido de él a Barcelona, pero no se ha enterado de nada. 

Cuando comenzamos la segunda parte, me choca la decisión de Candela de aceptar un novio. Y es que no soy de la opinión de que un clavo saca otro clavo. Puedes tener amigos, pero no te vuelves a enamorar de la noche a la mañana. Es tal vez, lo único que no me ha gustado de la historia. Qué se podía haber resuelto en la primera parte, creo que si. Más extenso y ya está. 

También me ha gustado ver la historia de amor de Rodri. Se lo merece. Y ver a las arpías de su hermana y de su ex, Julia, como sus planes no daban frutos. 

En fin os recomiendo la historia, porque hacía tiempo que no encontraba una historia tan desgarradora. Todo ello aderezado con la música de la movida madrileña, de los años 80. Y porque las historias de Cristina son muy buenas.