Archivo del blog

miércoles, 22 de enero de 2020

Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtre un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvele que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comiencen a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera.

Qué me encantan los Thrillers no es ningún secreto. Me chifla el género. Pero con este me he llevado una decepción. El caso me ha resultado muy emocionante, pero no he congeniado con el grupo de investigación, ni con la inspectora al mando. 
La escritora deja caer demasiada propaganda feminista, que me resulta pesada. Vale que expreses tu opinión, faltaría más, pero es todo el libro. Y ahí me acaba molestando. 
Por otro lado, los personajes no están nada desarrollados. En algún momento echas alguna risa, pues hay situaciones tontas, pero nada más. 
Me quedo con el caso, que si es interesante y más aún la resolución. 
Pero insisto que esperaba mucho más de esta historia. La comparaban con la novia gitana y para nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario