La música convierte su amor en una sinfonía invulnerable.

Silvia Durán, una extraordinaria violonchelista, no encuentra su lugar en el mundo de la música y se gana la vida como traductora. Cuando un famoso director de cine la contrata como intérprete y asistente personal durante el rodaje de una película en España, su vida cambia por completo.

Gabriel Alonso es uno de los directores de orquesta más prestigiosos y reconocido compositor de bandas sonoras a nivel internacional. En el momento en que acepta componer la música de la última superproducción de Hollywood, para él nada volverá a ser igual.

Los caminos de Silvia y Gabriel se encuentran y con el paso de los días su amistad inicial se transforma en amor. Comienzan una vida en común que transcurre en perfecta armonía hasta que una confesión de Gabriel hace que su relación se desmorone irremediablemente. Deberán enfrentarse al desamor al tiempo que se ven arrastrados por una serie de situaciones que los llevarán al límite. ¿Podrán superar el abismo que se ha abierto entre ellos?

En ocasiones los harlequines son historias que pasan sin pena ni gloria, pero en otras, te sorprenden con historias intensas. Y esta es una de ellas. Tenía la sensación de que no iba a defraudarme, un director de orquesta, una violonchelista.... para mí una atracción, jaja.. 
Silvia conoce a Gabriel por un trabajo de directora. Es uno de sus idolos, lo ha visto dirigir la orquesta y es pura magia y pasión. Se caen bien desde el principio y a pesar de vivir uno en Bilbao y el otro en Murcia consiguen hacer que sus vidas se junten. Pero no penséis que todo es un camino de rosas. Es bastante dura su relación, los impedimentos o zancadillas que el mundo o en ocasiones nosotros mismos, se les pone por delante. La historia te mantiene pegada hasta que llegas al final. Con epílogo y todo. Hay muchos personajes: amigos, familiares, personajes a los que les coges cariño. Una bonita historia.