Su vida da un giro radical cuando una visita al centro comercial se convierte en un baño de sangre y Andrea ve una faceta completamente desconocida de Laura. Porque parece que, antes de que Laura fuera Laura, era una persona completamente distinta. Durante treinta años ha estado escondiendo su anterior identidad, manteniendo un perfil bajo con la esperanza de que nadie pudiera encontrarla. Pero ahora ha quedado expuesta, y nada volverá a ser lo mismo.
Veinticuatro horas más tarde, Laura está en el hospital, acribillada por un individuo que ha pasado treinta años intentando rastrearla y descubrir lo que sabe. La policía quiere respuestas y la inocencia de Laura está en juego, pero no está dispuesta a hablar con nadie, ni siquiera con su propia hija. Andrea inicia un viaje desesperado siguiendo el rastro del pasado de su madre. Y si no puede descubrir los secretos ocultos, puede que no haya futuro para ninguna de las dos…
Esta es la última novela de Karin slaughter que he leído. Me ha gustado, pero no era lo que yo esperaba. Estoy acostumbrada a otro ritmo en sus anteriores libros y este me resultaba lento. Pero más que lento, es que la protagonista, Andrea me resultaba algo corta para su edad. Todo era como mucho para ella. Y tiene 31 años, no es una adolescente. Luego hay más personajes que le van dando cuerpo a la historia lentamente.
Al final me gusta como se desarrolla la historia, pero me he sentido fuera de ella muchas veces. Pero bueno, no tiene que gustarme todo lo que publica la autora. Siempre hay alguno más flojo. Esperando el siguiente de ella.
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